La importancia de
desmaquillarse
Es frecuente estar al día de las últimas tendencias de maquillaje, es algo fundamental conocer la última revolución en cosmética, incluso no dudamos en aplicarnos cientos de cremas, tónicos, peelings faciales o mascarillas con las que conseguir, si no la eterna juventud, un envejecimiento más digno.
Pero... ¿qué pasa
cuando termina el día y nuestra piel necesita respirar? Existe un “eterno
olvidado” en esto de la belleza: el
proceso de desmaquillarse a diario.
Se nos olvida la importancia de una buena
limpieza de nuestro rostro, sin darnos cuenta de que el
hecho de desmaquillarnos es algo fundamental en nuestro cuidado facial para activar el
proceso de regeneración de la piel. Y sobre todo que un mal desmaquillado contribuye
al envejecimiento de la piel.
Es cierto que todas nos hemos saltado en alguna ocasión este
pequeño, pero importante ritual. Un ritmo de vida
frenético, la falta de tiempo para una misma, el cansancio acumulado durante la
jornada, el “lo hago más tarde”, llegar a altas horas de la noche y, en
definitiva, la pereza, pueden ser la causa de nuestro “descuido”, pero nunca
una excusa.
Al limpiar nuestra
piel, además de liberarla de la máscara del maquillaje y ayudarla así a
respirar, eliminamos también las células muertas, el exceso de sebo y los residuos de
polución que se acumulan en nuestra piel durante el día. Es imprescindible limpiar el cutis con un jabón, un gel o una crema desmaquilladora y a continuación aplicar un algodón impregnado en tónico, tanto por la mañana como por la
noche. Tenemos
que conseguir que este ritual se convierta en un proceso de la vida cotidiana,
como puede ser la limpieza de los dientes o la ducha diaria.
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